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Todos hemos escuchado la especulación sobre el daño potencial que las comodidades modernas comunes como los teléfonos celulares y las computadoras portátiles pueden hacer en nuestros cuerpos, pero un caso histórico en Italia puede cambiar las reglas del juego legalmente.
El empresario italiano Innocenzo Marcolini es el director de una empresa que, según los informes, utilizó un teléfono móvil durante al menos cinco a seis horas al día durante doce años. Marcolini es diestro, por lo que tenía la costumbre de sostener su teléfono con la mano izquierda en el lado izquierdo de la cabeza para poder tomar notas con la mano derecha. Como resultado, afirma, desarrolló un tumor en el lado izquierdo de la cabeza. Y debido a que usaba el teléfono para trabajar, solicitó beneficios de compensación para trabajadores.
El tumor resultante fue un neurinoma no canceroso que afectaba un nervio craneal; a pesar de ser benigno, el tumor requirió cirugía que tuvo un efecto negativo en la calidad de vida de Marcolini. En consecuencia, solicitó una compensación económica al INAIL (Instituto Nazionale Per L'Assicurazione Contro Gli Infortuni Sul Lavoro), que rechazó su solicitud con la explicación de que no existían pruebas de que su enfermedad hubiera sido causada por su trabajo. .
Marcolini decidió presentar una demanda por beneficios de compensación para trabajadores y un tribunal de Brescia dictaminó que existía un vínculo entre el uso de teléfonos (tanto móviles como inalámbricos) y tumores. El INAIL apeló ese fallo, y el Tribunal Supremo italiano rechazó su apelación el 12 de octubre, dejando el fallo en pie y allanando el camino para posibles demandas como la de Innocenzo Marcolini. La Corte Suprema dijo que la decisión del tribunal inferior estaba justificada y que la evidencia científica presentada en apoyo de la denuncia era confiable.
Esa evidencia se basó en estudios, realizados entre 2005 y 2009, por un grupo dirigido por Lennart Hardell, quien es un especialista en cáncer en el Hospital Universitario de Orebro en Suecia. El tribunal destacó el hecho de que la investigación fue independiente y "... a diferencia de otras, no fue cofinanciada por las mismas empresas que producen teléfonos móviles".
La decisión del tribunal podría percibirse como controvertida porque la opinión científica suele afirmar que no hay pruebas suficientes para establecer un vínculo entre el uso de teléfonos móviles y diversas enfermedades; algunos expertos dicen que la sentencia italiana no debería utilizarse para sacar conclusiones generales sobre este tema.
“Es necesario tener mucha precaución antes de sacar conclusiones precipitadas sobre los teléfonos móviles y los tumores cerebrales”, dijo Malcolm Sperrin, director de física médica e ingeniería clínica del Royal Berkshire Hospital de Gran Bretaña.
¿Veremos tales casos aquí en Estados Unidos? Ciertamente, puedo imaginarme a los agentes de bienes raíces y otros vendedores a quienes los empleadores les exigen que hagan un uso extensivo de los teléfonos celulares todos los días, potencialmente teniendo reclamo de compensación de trabajadores si surgen problemas médicos incapacitantes como sucedió con Marcolini. ¡Podemos apostar, sin embargo, a que es casi seguro que tal reclamo sería inicialmente denegado y necesitaría un fallo judicial para ser aceptado!
