1. Yo desaconsejaría contratar a alguien que se llame a sí mismo "La navaja", "El martillo" o cualquier otro objeto inanimado, arma, etc. como parte de su publicidad. Es más probable que esto incite a la risa que a que provoque miedo en el abogado contrario.
2. También desaconsejaría contratar a alguien que le ofrezca “100% o más” de lo que vale su caso. Si bien los abogados rara vez son elogiados por sus habilidades matemáticas, comprender el valor del 100% es una habilidad que normalmente se logra en la escuela primaria. A menos que seas "The Hammer".
3. Por último, le recomiendo encarecidamente que no contrate a un abogado que esté demasiado concentrado en sus otros clientes para prestar atención a su caso. Es muy probable que dicho abogado no pueda ayudarlo.